DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Acción del Segundo Congreso Continental, julio 4 de 1776
Cuando en el curso
de los acontecimientos humanos se hace necesario que un pueblo disuelva los
lazos políticos que lo han vinculado a otro y adopte entre los Poderes de la Tierra la posición igual y
separada a la que las Leyes de la
Naturaleza y de la Naturaleza Divina
le dan derecho, un apropiado respeto por las creencias del género humano exige
que dicho pueblo declare los motivos que lo impulsaron a la separación.
Sostenemos como evidentes estas Verdades, que todos los hombres fueron
creados por igual, que su Creador los ha dotado de ciertos Derechos
inalienables, que entre ellos se encuentran la Vida , la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad. Que para
asegurar estos Derechos se instituyen Gobiernos entre los Hombres, los cuales
derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que el
Pueblo tiene el derecho de cambiar o abolir cualquier otra Forma de Gobierno
que empiece a destruir estos propósitos, y de instituir un nuevo Gobierno,
encontrando su fundamento en tales principios, y de organizar sus poderes en
tal forma que la realización de su Seguridad y Felicidad sean más viables. La Prudencia , ciertamente
aconsejará que Gobiernos establecidos por bastante tiempo no sean cambiados por
causas ligeras y efímeras; y como toda experiencia lo ha demostrado, el género
humano está más dispuesto al sufrimiento mientras el mal sea soportable, que al
derecho propio de abolir las formas a las que se ha acostumbrado. Pero cuando
una larga sucesión de abusos y usurpaciones, todos ellos encaminados de manera
invariable hacia el mismo Objetivo, revelan la intención de someter a dicho
Pueblo al absoluto Despotismo, es su derecho, es su deber, derrocar a tal
Gobierno y nombrar nuevos Guardianes de su futura seguridad.—Tal ha sido el
paciente sufrimiento de estas Colonias; y tal es hoy la necesidad que las
obliga a modificar sus anteriores Sistemas de
Gobierno. La crónica del actual Rey de Gran Bretaña es una crónica de repetidas injurias y usurpaciones, todas ellas dirigidas al establecimiento de una Tiranía absoluta sobre estos Estados. Para probar esto, expongamos los Hechos a un mundo imparcial.
Gobierno. La crónica del actual Rey de Gran Bretaña es una crónica de repetidas injurias y usurpaciones, todas ellas dirigidas al establecimiento de una Tiranía absoluta sobre estos Estados. Para probar esto, expongamos los Hechos a un mundo imparcial.
Él ha negado su Sanción a Leyes, la mayoría íntegras y necesarias para el bienestar público.
Ha prohibido a sus Gobernadores aprobar Leyes de inmediata y apremiante
importancia, a no ser que sea pospuesta su operación hasta que se obtenga su
Sanción; y una vez suspendidas, se ha negado por completo a prestarles
atención.
Ha rehusado aprobar otras Leyes para la disposición de grandes distritos
populares, a menos que esa gente renunciara a su derecho de Representación en la Legislatura , un
derecho inestimable para ellos y sólo temible para los tiranos.
Ha convocado a los cuerpos legislativos en sitios desusados, incómodos y
lejanos del depósito de sus Registros Públicos, con el solo propósito de
fatigarlos para que acuerden a sus requerimientos.
Ha disuelto las Cámaras de Representantes una y otra vez, por oponerse
en forma decidida a sus intromisiones en los derechos del pueblo.
Ha rehusado durante mucho tiempo, luego de estas disoluciones, motivar
otras a fin de llevar a cabo elecciones, por lo cual los Poderes Legislativos,
incapaz de Aniquilarlos, han regresado sin restricciones al Pueblo para su
ejercicio; entretanto, el Estado permanece expuesto a peligros de invasión en
el exterior, y de convulsiones en el interior.
Se ha esforzado por desalentar a la población de estos Estados, para ese
propósito ha obstaculizado las Leyes de Naturalización de Extranjeros; se ha
negado a aprobar otras que alienten la migración, y aumentado las condiciones
de nuevas Asignaciones de Tierras.
Ha obstruido la
Administración de Justicia, al negarse a emitir su Sanción a
las Leyes destinadas a establecer Poderes Judiciales.
Ha logrado que el ejercicio de los cargos de Jueces y el monto y paga de
sus salarios dependa exclusivamente de su Voluntad.
Ha creado una multitud de Nuevas Oficinas, y enviado a nuestras tierras
un enjambre de Funcionarios para hostilizar a nuestro Pueblo y atormentar su
naturaleza.
Ha mantenido entre nosotros, en tiempos de paz, Ejércitos Permanentes
sin el Consentimiento de nuestra legislatura.
Ha influido para hacer que el Poder Militar sea independiente y se halle
por encima del Poder Civil.
Se ha unido a otros
para imponernos una jurisdicción extraña a nuestra constitución y desconocida
por nuestras leyes al otorgar su Sanción a esos actos de pretendida
legislación:
Por acuartelar
numerosos contingentes de tropas armadas entre nosotros:
Por protegerlas,
mediante un Tribunal falso, del Castigo por todos aquellos Asesinatos que han
cometido entre los Habitantes de estos Estados:
Por bloquear
nuestro comercio con otras partes del mundo:
Por imponernos
Impuestos sin nuestro Consentimiento:
Por privarnos en
muchos casos de los beneficios de un Juicio por Jurado:
Por llevarnos al
otro lado del Mar para ser juzgados por pretendidos delitos:
Por abolir el
Sistema libre de Leyes Inglesas en una Provincia aledaña, estableciendo allí un
gobierno Arbitrario, y extender sus Fronteras a fin de convertirlo de inmediato
en un ejemplo y disponer de un instrumento para introducir la misma regla
absoluta en estas Colonias:
Por eliminar
nuestras Cartas Constitucionales, abolir nuestras Leyes más caras, y alterar en
su fundamento las Formas de nuestros Gobiernos:
Por suspender
nuestra propia Legislatura y declararse investidos del Poder de legislar por
nosotros y en todos y cada uno de los casos.
Ha abdicado a su
Gobierno sobre estas tierras al declararnos fuera de su Protección y librando
una Guerra en nuestra contra.
Ha saqueado
nuestros mares, asolado nuestras Costas, quemado nuestros poblados y destruido
las vidas de nuestro pueblo.
En este momento ha
dispuesto el envío de grandes ejércitos de mercenarios extranjeros para
culminar su obra de muerte, desolación y tiranía, iniciada con incidentes de
Crueldad y perfidia difícilmente igualadas en las épocas de mayor barbarie e
indignas del Juicio de una nación civilizada.
Ha obligado a
nuestros conciudadanos tomados Presos en alta Mar a levantarse en Armas contra
su Patria, a convertirse en verdugos de sus amigos y Hermanos, o a caer
aquellos en Manos de éstos.
Ha alentado
insurrecciones internas en nuestra contra, y ha tratado de inducir a los
habitantes de nuestras fronteras, los despiadados Indios Salvajes, cuya
conocida regla de lucha es la destrucción sin distinción de edad, sexo ni
condición.
En cada etapa de
estas Opresiones, Nosotros hemos Solicitado Compensación en los términos más
humildes: Nuestras repetidas Peticiones sólo han sido respondidas con más
injurias. Un Príncipe, cuyo carácter está por tanto marcado por actos que
definirían a un Tirano, es incapaz de ser el soberano de un pueblo Libre.
Tampoco Nos han
hecho falta las atenciones hacia nuestros Hermanos Británicos. De tanto en
tanto, ellos nos han advertido sobre los intentos de su legislatura por ampliar
una injustificable jurisdicción sobre nosotros. Les hemos recordado las
circunstancias de nuestra emigración y colonización aquí.
Hemos apelado a su
natural justicia y magnanimidad, y les hemos implorado, por los lazos de
nuestro común antepasado, que rechacen semejantes usurpaciones, las cuales
interrumpían en forma inevitable nuestras conexiones y correspondencia. Ellos
también han sido sordos a la voz de la justicia y de consanguinidad. Debemos,
en consecuencia, acceder a la necesidad que augura nuestra Separación, y los
consideramos, como al resto de la humanidad, Enemigos en la Guerra , Amigos en la Paz.
Por tanto, Nosotros, los
Representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en un Congreso
general, apelando al Supremo Juicio del mundo por la rectitud de nuestras
intenciones, en Nombre y por la
Autoridad del virtuoso Pueblo de estas Colonias, publicamos y
declaramos que estas Colonias Unidas tienen el Derecho de ser Estados Libres e
Independientes; que están Exentas de toda Lealtad a la Corona Británica ,
y que todo contacto político entre ellas y el Estado de Gran Bretaña está y
debe ser disuelto; y que como Estados Libres e Independientes tienen
todo el Poder de emprender la
Guerra , alcanzar la
Paz , contraer Alianzas, establecer el Comercio y llevar a
cabo todos los otros Actos y Cosas que los Estados Independientes tienen a bien
hacer. Y en apoyo de esta Declaración, con una firme confianza en la Protección de la Providencia Divina ,
brindamos nuestras Vidas, nuestras Fortunas y nuestro sagrado Honor.
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